¿Qué está pasando con el dólar paralelo?
En
octubre del año pasado escribimos el artículo “¿Es sostenible la baja del
dólar paralelo?”. Y en días recientes hemos notado cómo el tipo de
cambio no oficial ha retrocedido en su cotización, tal como ocurrió en aquel
momento. Durante la última semana, el llamado dólar paralelo se ha apreciado
5,1%. Sin embargo, en lo que va de año, alcanza una depreciación de 16,7% que
contrasta con un nivel de depreciación más alto para el mismo periodo del año
pasado, cuando se ubicó en 49,5%.
El retroceso en el tipo
de cambio paralelo ha dado pie a toda clase de especulaciones, pero la pregunta
principal se centra en saber si este fenómeno es sostenible en el tiempo.
Lo primero que debemos
tener en cuenta al hablar del tipo de cambio paralelo es que en él se unen tres
fuerzas: el elemento fronterizo, los desequilibrios estructurales de la
economía venezolana y la gran opacidad con la que opera. Es por esto que decimos
que el dólar paralelo representa a un mercado donde la alta volatilidad es un
factor central.
A su vez, al ser operado
por pocos actores, el mercado paralelo es altamente sensible a cambios ligeros
en la oferta y demanda de divisas, por lo que un aumento o una disminución de
estos elementos pueden provocar mayores variaciones en los precios que en un
mercado que opere sin restricciones.
Si queremos entender qué
está pasando (y qué va a pasar) con el paralelo, es clave evaluar si (más allá
de estos factores coyunturales que hemos mencionado) han ocurrido cambios en
los elementos estructurales que impliquen un punto de inflexión en la
cotización del tipo de cambio paralelo.
En nuestra opinión no es
así, pero el Gobierno sí ha implementado un mecanismo bajo cuerda, tal como
está pasando con la restricción en los niveles de liquidez actuales, y aunque
consideramos que esto no será sostenible en el tiempo, sin embago, eso es lo
que le ha permitido estabilizar en cierto modo el mercado paralelo.
Entre los motivos principales
para pensar que el paralelo no se estabilizará pronto, en primer lugar tenemos
que el déficit fiscal del sector público restringido se mantiene. Estimamos que
este déficit se ubique en 17,6 puntos de PIB para 2016. Y no puede pensarse en
una reducción de la brecha entre la tasa de cambio oficial y paralela en un
contexto de indisciplina fiscal como el que vive Venezuela.
Por
otro lado, es importante tomar en cuenta la evolución del Dicom. Desde su nacimiento, este tipo de
cambio se ha depreciado 57,5%. Hasta el 27 de mayo, esta depreciación
representa una pérdida de valor de la moneda de 1,6% diario. En términos de
variación, el precio del Dicom ha crecido 135,4%. No obstante, hemos notado cómo la
mayoría de las liquidaciones de divisas en el mes de abril aún se siguen
haciendo vía la tasa oficial más baja, en este caso la Dipro, que se mantiene
estática en Bs. 10,0/US$.
El aumento en la
depreciación de la tasa Dicom puede ser una buena señal, lo cual es uno de los
factores de estabilización temporal del paralelo. Sin embargo, los niveles de
liquidación aún se mantienen bajos y sin signos de aumentar. La clave, con
respecto al futuro, es si el Ejecutivo va a permitir que el Dicom se deprecie
hasta alcanzar el tipo de cambio paralelo y se flexibilice el esquema de entrega
de divisas.
Otro elemento importante
a resaltar es la restricción de liquidez actual que existe en nuestra economía:
en marzo, al comparar con cifras del año pasado, se ha reducido 33,4% en
términos reales. Por lo tanto, la capacidad de liquidez de la banca se
encuentra limitada y esto influye directamente en la disponibilidad de efectivo
en la economía a través de la caída en la capacidad de generación de crédito,
conteniendo así una parte de la demanda de divisas en el mercado paralelo.
El factor de las
expectativas también pesa. Los agentes económicos tienen una credibilidad muy
baja sobre la gestión económica del Gobierno, además del nivel de incertidumbre
frente a lo que será el escenario político y social en 2016-2017. Esto lleva a
las empresas y particulares a intensificar la cobertura, donde la adquisición
de divisas es el factor clave. Nosotros recomendamos, bajo estas
circunstancias, mantener una posición larga en dólares y corta en bolívares; es
decir, mantener inversiones y ahorros de largo plazo en dólares, y gastos de
corto plazo en bolívares. Sin embargo, es recomendable mantener operaciones de
cobertura activas.
De
cara a las próximas semanas, se debe tener en cuenta un factor clave: la
presencia de un entorno económico adverso, y la posible activación de un referendo revocatorio,
lo que incluye altos niveles de movilización y confrontación social. Este
aumento de tensión política y conflictividad pueden empeorar aún más las
expectativas y producir que tanto las personas como las empresas se avoquen a
un cambio de divisas acelerado.
Mientras el Ejecutivo no
de señales de revertir la indisciplina fiscal, se socavará la confianza en la
moneda y mantendrán elevadas las expectativas inflacionarias. Por eso nuestro
estimado de inflación para el cierre de 2016 es de 319,3%, mientras que la
variación interanual de nuestro indicador de inflación subyacente en abril
superó el 700,0%. Y en este contexto es indispensable tener en cuenta que la
presión sobre el mercado paralelo no va a desaparecer.
En el lado externo, con
un barril promedio de US$30,9 para este 2016, el déficit de caja en divisas se
ubica en US$ 26.980 millones. La respuesta del Gobierno ante esta situación ha
sido anunciar un importante recorte de importaciones, hasta llegar a US$20.000
millones, lo que se traducirá en aún más escasez.
El Ejecutivo sólo está
atendiendo los sectores prioritarios: alimentos, medicinas y cuidado personal,
los cuales también experimentarán un recorte de divisas. De modo que la escasez
de dólares se mantiene y esto presiona la demanda.
El nivel de
incertidumbre es elevado por lo que, dado el precio actual del tipo de cambio
no oficial y el Dicom con niveles de liquidación diaria promedio de US$2,1
millones en el mes de abril, se debe ser agresivo en la cobertura en los
próximos meses.
Tres variables son
claves de cara al futuro: ver si el Dicom sigue depreciándose aceleradamente
los próximos meses, conocer sus niveles de liquidación y el escenario político
para este 2016.
En la medida que el tema
del Referendo Revocatorio se convierta en una amenaza real para el Gobierno, se
verá en la tentación de aumentar el gasto público por medio de la impresión de
dinero, algo que volverá a elevar los niveles de liquidez en la economía y, por
consiguiente, podemos esperar que esto aumente la presión en la demanda de
divisas en el mercado paralelo.
También es importante
que resaltemos los últimos comentarios del Vicepresidente del Área Económica,
Miguel Pérez Abad, quien hablo de la puesta en marcha del Dicom como un sistema
que reconocería al mercado. Para que esto se pueda llevar a la realidad es
necesaria la conjugación de factores operativos, monetarios y fiscales donde la
oferta de divisas es clave. Todavía es prematuro hablar de una “liberación del
dólar” en un entorno de alta incertidumbre, baja credibilidad y poca liquidez.
Tras analizar los
factores del sector cambiario venezolano, podemos entonces volver a la pregunta
inicial. Somos de la firme opinión de que no hay razones para pensar que el
tipo de cambio paralelo entre en una senda sostenible de apreciación hasta que
no se tenga la voluntad política para resolver los múltiples desequilibrios que
afectan a nuestra economía. Sin embargo, dado el contexto de recesión económica
que presenta Venezuela, no es descabellado pensar que el ritmo depreciación del
paralelo será menor al observado en años anteriores.
fuente:prodavinci y colaboración de DOLARPARALELOTODAY.BLOGSPOT.COM
Categoria: Asdrubal Oliveros, Dolar paralelo